Tomado de: http://www.elespectador.com/opinion/administracion-tributaria La amenaza latente de una reforma tributaria se ha magnificado c...
Tomado de: http://www.elespectador.com/opinion/administracion-tributaria
La amenaza latente de una reforma tributaria se ha magnificado con la filtración del informe final de la comisión de expertos, en el que hacen propuestas que el Gobierno debe calibrar políticamente para presentarlas al legislativo.
La amenaza latente de una reforma tributaria se ha magnificado con la filtración del informe final de la comisión de expertos, en el que hacen propuestas que el Gobierno debe calibrar políticamente para presentarlas al legislativo.
Se alimenta así la paranoia colectiva sin dejar ver la necesidad de un régimen tributario progresivo, simple y eficiente que permita el fortalecimiento del Estado.
Un aspecto poco discutido y que es prioritario en el informe es la necesidad de reforzar la DIAN. En un programa televisivo dije a modo de broma que si parte de lo recibido por la venta de Isagén se invirtiera en modernizar la administración tributaria, se tendría la verdadera gallina de los huevos de oro que un senador vio despescuezada. Habría que añadir que si se pudiera actualizar el catastro rural, se podría comenzar a cobrar impuestos prediales suficientes para financiar el posconflicto.
La evasión en Colombia es enorme: en el IVA se sustrae alrededor del 40% del recaudo, según el Fondo Monetario Internacional. “La tasa de evasión promedio de las personas jurídicas también se ubicaría cerca de 39%... El contrabando anual se encuentra entre los US$6.000 y los US$7.000 millones… Los altos índices de evasión se acompañan por una elevada cartera morosa por concepto de impuestos, tanto en número de contribuyentes como en montos”.
De esta manera, la evasión puede estar sustrayendo entre 7 y 8% del PIB, aún con el esperpéntico estatuto tributario con que contamos. El resultado es un mundo disparatado en donde la asignación de recursos económicos favorece a empresas e individuos evasores, en contra de los que cumplen sus obligaciones. La DIAN no sólo recauda mal, sino que en su interior han proliferado mafias que se han apropiado de devoluciones de impuestos por exportaciones ficticias o sacan a los morosos del sistema a cambio de coimas.
Es más difícil robar propiedad privada que los recursos públicos, lo que pone de relieve que el Estado colombiano no se ha consolidado ni ha ganado independencia frente a los intereses poderosos de la sociedad. Son esos intereses los que han debilitado la administración tributaria e impedido que el fraude contra el Estado sea castigado rigurosamente.
La comisión observa que la DIAN carece de independencia administrativa, cuenta con una de las tasas más bajas en el continente entre funcionarios por número de habitantes, no tiene cómo contratar personal capacitado en contabilidad y abogados duchos, que el sector privado sí contrata para eludir su acción. Además, la DIAN carece de herramientas tecnológicas (da grima utilizar sus lentos computadores en su oficina central de Bogotá que cuentan con 15 años de edad y que usan los contribuyentes que quieren pagar infructuosamente sus impuestos), no ha podido implementar la factura electrónica con la que se reduciría la evasión del IVA, ni los equipos de trazabilidad con los que se frenaría el contrabando.
En 1931 un contador de la agencia tributaria de Estados Unidos encontró recibos que relacionaban a Al Capone con ingresos por juego ilegal y evasión de impuestos, que fue lo único que permitió la condena del capo a 12 años de prisión. Si la DIAN contara con 500 investigadores competentes siguiendo el rastro del dinero de empresas, individuos y criminales en Colombia y en Panamá, se reducirían, y ¡de qué manera!, las penurias fiscales del Gobierno.
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